lunes, 28 de julio de 2008

BREVE HISTORIA DEL CINE

Escrito por: Claudia Fernanda Vásquez Arango


La historia del cine tiene un ritmo que no conocen otras artes, pues su entrada al mundo del observador ha sido vertiginosa, llena de éxitos en un intersticio conocido como cine comercial y soledades cuando lo que se juega es exclusivamente el arte, la posibilidad de mostrar el alma del hombre.

Su inicio data del 28 de enero de 1895, en la dimensión más pretendida de la realidad, la ciencia: los hermanos Lumière, unos franceses imbuidos por el deseo de inventar, inauguraron con el cinematógrafo lo que es hoy el séptimo arte, con el filme "la salida de los obreros de la oficina Lumière en Lyon", no obstante, no conocían el alcance de su creación y vendieron su "pobre" invento a George Méliès, un ilusionista, aquel que le imprimiría el tono fantástico al cine produciendo efectos especiales.

las primeras presentaciones eran pequeños espectáculos con el cinematógrafo ambulante y contaban con una asistencia de 40 a 100 espectadores y la duración del filme no superaba los 15 minutos.

En 1900 se crearon dos salas permanentes de cine en Alemania y 1903 habían tres en Nueva York.

El cine tuvo aceptación en el ámbito del espectáculo y empezó una carrera desenfrenada de industrialización (aunque se evidenció el receso en 1914 debido a la guerra).
En 1905 aumentaron los nichelodeons, salas de cine, e incluso habían cadenas de nichelodions, las cuales marcaban la pauta comercial aun sin tener conocimiento de cine, así: Laemmle era ropavejero, Zucor un comerciante hungaro de pieles y los 4 Warner eran polacos mecánicos de bicicletas.

La consolidación comercial del cine atrajo a tan ricos inversionistas que en 1909 se crearon los TRUS, asociación de salas de cine que ejercían monopolio, y aunque esto sólo duró hasta 1917 en la actualidad operan grupos fuertes con pretensiones de monopolio.

Entre 1927 y 1928 surge con grandes opositores el cine sonoro. La oposición sostenía que se perdería el valor de la actuación con la posibilidad de ampliar la sonoridad a las voces, pues hasta entonces se limitaba a la música.